Agricultura
Sistemas de riego: uso del agua en la agricultura | BASF Ecuador
El riego es sin duda una técnica indispensable en la agricultura y en la vida cotidiana de los agricultores. Sin embargo, para garantizar el sostenimiento de los cultivos, todo agricultor necesita saber qué sistema de riego es el mejor para sus plantíos.
Sobre todo, porque hay muchos retos en juego, como la escasez de agua, el cambio climático y la eficiencia hídrica en climas áridos.
Ante estos escenarios predecibles o impredecibles, puede obtener más información en este blog sobre los mejores sistemas de riego para sus necesidades y condiciones específicas. ¡Compruébalo!
Diferencia entre sistemas de riego y métodos de riego
Antes de empezar a hablar de nuestro tema, es necesario diferenciar entre estos dos términos que, a pesar de utilizarse constantemente como sinónimos, presentan importantes diferencias conceptuales.
Los métodos de riego están relacionados con las prácticas y técnicas utilizadas para suministrar agua a los cultivos. Existen varios tipos de métodos de riego, como el riego por surcos, el riego en franjas y muchos otros.
Después de seleccionar estos métodos, es necesario elegir los sistemas de riego, que están relacionados con las estructuras físicas que suministran agua a las plantas, como los sistemas de aspersión, los sistemas de goteo y otros, que mencionaremos a continuación.
Tipos de sistemas de riego
Se han desarrollado diferentes sistemas de riego para satisfacer las necesidades específicas de distintos tipos de cultivos, suelos y entornos. Cada uno de ellos tiene diferentes beneficios y ventajas, que también conllevan algunos retos. A continuación, hablaremos de todos estos aspectos.
Riego por goteo
Este sistema suministra agua directamente a las raíces de las plantas mediante goteros o microtubos. Es una forma eficaz de riego, ya que minimiza el desperdicio de agua y evita que llegue a las hojas, reduciendo el riesgo de enfermedades fúngicas.
Es especialmente útil para cultivos de alta densidad, como hortalizas y frutas, en zonas con recursos hídricos limitados.
La principal desventaja de este tipo de sistema es la posibilidad constante de que se atasquen los emisores de agua, ya que su desatasco supone un costo elevado y es una posibilidad que debe incluirse en el cálculo de los riesgos relacionados con este sistema.
Riego por aspersión
En el riego por aspersión, el agua se pulveriza sobre las plantas de forma similar a la lluvia, mediante aspersores o boquillas giratorias. Es un sistema versátil, puede utilizarse para una gran variedad de cultivos y en distintos tipos de suelos y topografías.
Sin embargo, puede haber más pérdidas de agua por evaporación, además del elevado costo de implementación y funcionamiento sobre el terreno.
Riego por inundación
Es el método de riego más antiguo y consiste en distribuir el agua por la superficie del suelo para que la absorban las raíces de las plantas. Algunos ejemplos son el riego por inundación y el riego por surcos.
Es una técnica sencilla y económica, pero puede dar lugar a importantes derroches e ineficiencias si no se gestiona correctamente, por lo que es un factor importante que hay que tener en cuenta para conservar el agua de forma adecuada.
Riego por pivote central
Aquí se utiliza un sistema de riego en forma de círculo, con una tubería central conectada a una serie de aspersores giratorios. El pivote central es eficiente en cuanto a la aplicación uniforme del agua y es el más utilizado en campos de cultivos extensivos como el cereal y el algodón, entre otros.
En cuanto a las desventajas, el mayor problema del riego por pivote central está relacionado con la inversión. De todos los sistemas mencionados, el riego por pivote tiene los costos de implantación más elevados.
Además, factores como la irregularidad del suelo pueden hacer inviable el desplazamiento de las máquinas, lo que supone otro obstáculo para la adquisición de este sistema.
Cómo elegir el sistema de riego adecuado
Elegir entre diferentes sistemas de riego puede ser un reto, pero es un punto elemental para garantizar el éxito de las cosechas y el uso eficiente del agua, aunque el resultado depende de las condiciones climáticas y financieras, entre otras.
Conoce a continuación algunos de los principales factores a tener en cuenta a la hora de elegir el mejor sistema para tu campo:
- El tipo de cultivo, ya que los distintos cultivos tienen necesidades de riego específicas. Por ejemplo: las hortalizas y las frutas pueden beneficiarse más del riego por goteo, mientras que los cultivos de cereales pueden regarse con aspersores o pivotes centrales;
- Clima y disponibilidad de agua, teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas, las precipitaciones anuales y la temperatura;
- El tipo de suelo, ya que los que tienen capacidad de retención de agua se benefician de sistemas menos frecuentes, como el riego superficial. Los suelos arenosos, en cambio, requieren sistemas de riego más precisos, como el riego por goteo;
- La topografía del terreno, ya que influye en la elección del sistema. Por ejemplo, los sistemas de riego por goteo y aspersión son más versátiles para terrenos irregulares, mientras que los sistemas de superficie pueden ser más adecuados para zonas llanas;
- Costo y presupuesto, alineándolos con sus necesidades y objetivos para realizar una gestión agrícola eficiente;
- Eficiencia y sostenibilidad, lo que incluye elegir un sistema que minimice los residuos y promueva la sostenibilidad a largo plazo, incluida la salud de las plantas y el suelo.
A partir de esta información, podremos centrarnos en optimizar el riego de las zonas de cultivo. Una de ellas es calcular el tamaño y la capacidad del sistema necesario.
Para ello es clave, evaluar la superficie total que se va a regar, determinar la demanda de agua de los cultivos y tener en cuenta también la eficiencia del sistema. Con un margen de seguridad planificado, también se protege contra imprevistos y mantiene el sistema de riego a un alto rendimiento en todo momento, lo que garantiza una mayor productividad y un uso optimizado de los recursos.
Para obtener los mejores resultados y aprovechamiento, se recomienda consultar a un profesional especializado en riego.
Instalación y mantenimiento del sistema de riego
Además de considerar las ventajas y desventajas de los sistemas de riego, hay que preocuparse por la instalación y el mantenimiento de los sistemas de suministro de agua en los cultivos.
Esto se debe a que una instalación incorrecta puede afectar negativamente a la calidad del riego de los cultivos y la falta de mantenimiento puede hacer que los sistemas pierdan eficacia.
A la hora de instalar los equipos de riego, hay que realizar un proyecto del sistema que tenga en cuenta desde la cantidad de agua que tendrá que suministrar el sistema hasta el lugar donde habrá que colocar los emisores de agua.
Esta planificación debe incluir también la preparación del terreno, la configuración de las bombas y el ajuste de los programadores.
En lo que respecta al mantenimiento, es esencial que los agricultores presten atención a la integridad física de sus regadores.
El resultado de la falta de inspección de los métodos de suministro de agua puede ser una pérdida drástica de la eficacia del riego. Algunos consejos sobre cómo mantener los sistemas de riego son:
- Limpieza y calibración: los aspersores deben desinfectarse con frecuencia para que no se obstruyan y puedan soltar agua. Además, es importante comprobar la calibración de los emisores para asegurar que no ocurre ningún desperdicio.
- Comprobación de válvulas y conexiones: la lubricación de las válvulas del sistema es otro punto importante y debe inspeccionarse con frecuencia. Las conexiones también deben revisarse para evitar fugas en cualquier parte del equipo.
- Protección contra fenómenos climáticos: preparar los sistemas para diferentes fenómenos climáticos es una excelente medida para evitar pérdidas. Esto incluye vaciar el sistema en épocas de invierno para que el agua no se congele o cubrir los aspersores con algún material para que los efectos de las tormentas de viento tengan menor impacto.
Irrigación y desarrollo sostenible
Apostar por sistemas de riego responsables con el medio ambiente no sólo repercute en la sostenibilidad medioambiental, económica y social, sino que valoriza las inversiones actuales en todo el territorio y acerca aún más la agricultura al desarrollo sostenible.
Aplicada a la agricultura, esta visión de la agricultura sostenible puede aportar varios beneficios. La concientización medioambiental en campo genera menos residuos y daños gracias a la gestión eficiente de los recursos hídricos, minimiza la erosión del suelo y otros impactos medioambientales y puede incluso aumentar la productividad agrícola y en consecuencia, los rendimientos.
Riego eficaz y productividad
Los distintos sistemas de riego resuelven obstáculos diferentes. Por eso es crucial elegir el modelo ideal para su cultivo y eso es lo que hemos tratado en este artículo.
Hablamos de métodos como el riego por goteo, aspersión, superficie, subsuperficie y pivote central. A continuación, señalamos sus características y las precauciones para implantar y mantener un sistema de riego adecuado, así como las buenas prácticas de mantenimiento para garantizar la eficacia y la longevidad del sistema.
Por último, dado que el riego está estrechamente vinculado al desarrollo sostenible, al fomento de una producción agrícola eficiente y a la conservación de los recursos naturales, exploramos la importancia del tema.
Y tú puedes formar parte de ello buscando soluciones personalizadas según las características de tus cultivos y sobre todo, con la ayuda de la tecnología. Por ejemplo: ¡aprovecha la oportunidad de saber más sobre 7 usos de la agricultura de precisión que ayudan a cultivar de forma más eficiente!