Agricultura
Control de plagas y sustentabilidad en Argentinaa
Enfrentarse a plagas y enfermedades es un desafío constante para los agricultores, con repercusiones significativas en la productividad de los cultivos. En este artículo, exploraremos cómo integrar eficazmente el control de plagas con prácticas sustentables, aprovechando la tecnología para garantizar la salud de los cultivos y la sustentabilidad ambiental.
Cada año, muchos agricultores se enfrentan a un descenso de la producción debido a la aparición de enfermedades en sus cultivos. Según datos de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, los cultivos de todo el mundo pierden alrededor del 40% de su productividad debido a plagas y enfermedades.
Una de las mejores formas de combatir estas pérdidas es llevar a cabo un control adecuado de las plagas que, combinado con prácticas sustentables y orientadas a la tecnología, tiene el poder de garantizar la productividad de los cultivos y la salud del medio ambiente.
En este artículo, hablaremos de cómo es posible integrar el control de plagas con la sustentabilidad, llevando a cabo una gestión adecuada de las enfermedades que pueden aparecer en los cultivos.
Además, destacaremos brevemente la importancia del control de plagas en los cultivos, y qué tipos de control de plagas se pueden llevar a cabo.
La importancia del control de plagas
Como ya sabe, el control de plagas es una práctica que consiste en utilizar técnicas y métodos capaces de gestionar, reducir y eliminar las posibles enfermedades que puedan aparecer en los cultivos.
En agricultura, el control de plagas tiene como objetivo garantizar la sanidad y productividad de los cultivos, asegurando cosechas sanas, rentabilidad y calidad medioambiental.
En definitiva, el control de plagas es fundamental para garantizar la sustentabilidad, la seguridad alimentaria y la rentabilidad de una explotación.
Tipos de control de plagas
Es vital combatir las diversas enfermedades que pueden afectar a los cultivos, ya sean causadas por microorganismos o insectos. Para ello, los agricultores disponen de varios métodos, entre los cuales destacan:
Control cultural
Este método, alineado con una visión sustentable de la agricultura, implica modificar el entorno para hacerlo menos propicio a la propagación de enfermedades. Las principales estrategias incluyen:
- Rotación de cultivos: Consiste en alternar los tipos de cultivos en una misma área de tierra.
- Manejo del suelo: Promover prácticas como la siembra directa para preservar la estructura del suelo y evitar la erosión. Estas prácticas no solo contribuyen a reducir el impacto del cambio climático en la agricultura, sino que también mejoran la salud del suelo, incrementando la disponibilidad de nutrientes y reduciendo la presencia de ciertas plagas.
Control químico
El uso de productos fitosanitarios para combatir las plagas pretende ser una forma más asertiva de controlar las enfermedades de los cultivos. Los tres insumos más utilizados para este tipo de control son:
- Herbicidas: Insumos encargados de erradicar plantas invasoras que pueden instalarse en los cultivos, como malas hierbas como la Pata de Gallo (Digitaria sanguinalis), una planta responsable de reducir la productividad en los cultivos de maíz.
- Insecticidas: agentes encargados de combatir los insectos causantes de enfermedades, como los chanchitos blancos, pequeños insectos que atacan las plantaciones de uva.
- Fungicidas: insumos que combaten las enfermedades fúngicas, es decir, las causadas por hongos. Estos agentes se utilizan especialmente para combatir el Penicillium, el hongo que causa la podredumbre de la espiga en los cultivos de maíz.
Control de plagas y sustentabilidad
El desarrollo sustentable, como ámbito que pretende garantizar la preservación del medio ambiente para encontrar un equilibrio entre la conservación de los recursos naturales y la producción de recursos para la sociedad, está totalmente interrelacionado con el control de plagas.
El uso optimizado de soluciones agrícolas combinadas con la gestión integrada de plagas es capaz de proporcionar a los cultivos las condiciones necesarias para producir una gran variedad de alimentos y, al mismo tiempo, preservar el medio ambiente para las generaciones futuras.
Esta alianza entre prácticas ecológicas y control de enfermedades está totalmente en consonancia con la visión de la agricultura sustentable, y sólo es posible gracias a las tecnologías de aplicación ecológicas.
Control sustentable de plagas: tecnologías de aplicación
El uso de prácticas sustentables de control de plagas en las plantaciones se debe principalmente al empleo de tecnologias sustentables para la aplicación de productos fitosanitarios.
Las tecnologías de aplicación permiten un uso más eficiente de las soluciones agrícolas, garantizando que sólo las partes seleccionadas del cultivo reciban los insumos, reduciendo el desperdicio de recursos y aumentando la calidad final de la producción.
Entre las tecnologías de aplicación existentes, hemos enumerado las cinco principales: sistemas de riego, drones, tecnologías de encapsulación, sensores y camas biológicas.
1. Sistemas de riego
Entre los muchos motivos por los que aparecen enfermedades en las plantaciones, es bien sabido que el exceso de agua que se deposita alrededor de las plantas es uno de los más agravantes, ya que crea un entorno favorable a la aparición de enfermedades, especialmente las causadas por hongos.
Teniendo esto en cuenta, disponer de un sistema eficaz de distribución de agua, como el modelo de aspersores, donde el agua cae sobre las plantas en forma de lluvia, es una de las mejores formas de controlar los organismos nocivos que pueden surgir por el exceso de agua.
Además, disponer de un sistema de aspersión eficaz garantiza una mejor distribución del riego por todo el cultivo, haciendo que la cantidad de agua utilizada en los cultivos sea menor y proporcionando un escenario más sustentable para su plantación.
2. Drones
Otra aplicación de la tecnología que está ganando terreno en el campo es el uso de drones. A través de estos dispositivos, es posible realizar un seguimiento integrado de los cultivos y recopilar información valiosa sobre ellos, lo que redunda en una mayor seguridad para su productividad.
En el campo del control de plagas, la fumigación aérea mediante drones es una de las mayores ganancias que puede obtener un cultivo. Esta técnica consiste en utilizar drones para aplicar insecticidas, fungicidas y herbicidas al cultivo.
Esta pulverización es una práctica sustentable porque permite un uso más optimizado de las soluciones agrícolas en el cultivo, haciendo que su uso sea una práctica más segura para los operadores, dado que tendrían un menos contacto con los productos fitosanitarios.
Además de la pulverización, existen otras muchas aplicaciones que los drones pueden tener en el día a día de la agricultura, y estas funciones son grandes herramientas para promover la sustentabilidad en la gestión de los cultivos.
Es importante tener en cuenta que, si bien esta práctica es prometedora, la regulación sobre el uso de drones puede variar según el país. Por lo tanto, es fundamental verificar la normativa local antes de implementar esta tecnología en las operaciones agrícolas.
3. Tecnología de encapsulación
Las tecnologías de encapsulación utilizan partículas de polímero para envolver los productos para la protección de cultivos, lo que hace que su liberación sea controlada y de forma gradual y eficaz. Además, esta tecnología permite que los fitosanitarios se adhieran mejor al cultivo y hace que sus compuestos activos duren más tiempo.
Esta técnica minimiza la cantidad de insumos agrícolas aplicados a los cultivos, lo que aumenta la eficacia del control de plagas en su conjunto. El menor uso de estas soluciones también permite reasignar a otros insumos los recursos que antes se habrían destinado a productos para la protección de cultivos.
4. Sensores
También existen sensores, dispositivos diseñados para detectar determinadas condiciones químicas, físicas y ambientales, como la temperatura y el volumen de agua.
En el contexto de la lucha contra las enfermedades, el uso de sensores en las plantaciones permite controlar con mayor precisión la humedad del suelo, la temperatura de los cultivos y, sobre todo, la aparición de enfermedades.
Gracias a la rápida identificación de plagas que proporcionan los sensores, es posible aplicar una respuesta más rápida y controlada a las enfermedades. Esto significa tratar el problema con mayor rapidez y optimizar la aplicación de soluciones agrícolas.
5. Camas biólogicas
Las camas biológicas son una tecnología sustentable que permite la gestión ecológica de los agroquímicos utilizados en la agricultura. Mediante una biomezcla de materiales vegetales, suelo y compost, estas camas fomentan la acción de microorganismos que degradan los productos fitosanitarios, reduciendo el riesgo de contaminación ambiental.
Si bien existen distintos tipos de camas biológicas que se adaptan a cada situación, entre sus ventajas se encuentran la facilidad de implementación, su relación costo-beneficio y que pueden utilizarse materiales reciclados para su fabricación. Además, todas están validadas por las normas IRAM vigentes.
Desde BASF, el puntapié inicial fue la implementación de camas biológicas en el Centro de Desarrollo Tecnológico en San Jerónimo, provincia de Santa Fe. Además, junto al socio estratégico Sheuen, se realizó una instalación en la localidad de Laboulaye, Provincia de Córdoba. Actualmente, BASF está trabajando en la instalación de camas biológicas en su Centro de Investigación y Desarrollo situado en Rojas, Provincia de Buenos Aires.
Estas camas biológicas no solo ayudan a prevenir la contaminación del suelo y las napas de agua, sino que también permiten reutilizar el material resultante como abono, promoviendo así la economía circular y mejorando la sustentabilidad en la agricultura.
Productividad sustentable: para cultivos más sanos y productivos
Todas estas técnicas pueden mejorar la salud de tus cultivos y hacerlos más rentables a lo largo del año. Si tienes en cuenta las tecnologías de aplicación sustentable de las que hemos hablado en este texto, podrás garantizar no sólo la productividad de tus cultivos, sino también la integridad del medio ambiente.