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25 de abril de 2024
Agricultura

Control de plagas y sustentabilidad: entender cómo se integran

Agricultor latinoamericano revisando sus cultivos en busca de plagas

Cada año, muchos agricultores se enfrentan a un descenso de la producción debido a la aparición de enfermedades en sus cultivos. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura - FAO, los cultivos, alrededor del mundo, pierden aproximadamente el 40% de su productividad debido a insectos plaga y enfermedades.

Una de las mejores formas de combatir estas pérdidas es llevar a cabo un adecuado control de las plagas y enfermedades que, combinado con prácticas sostenibles y orientadas a la tecnología, tienen la capacidad de garantizar la productividad de los cultivos y la salud del medio ambiente.

En este artículo, hablaremos de cómo es posible integrar el control de plagas y enfermedades con la sustentabilidad, llevando a cabo una adecuada gestión del manejo de enfermedades que pueden aparecer en los cultivos.

Además, destacaremos brevemente la importancia del control de plagas en los cultivos y qué tipos de control se pueden llevar a cabo.

La importancia del control de plagas y enfermedades

Como ya es sabido, el control de plagas es una práctica que consiste en utilizar técnicas y métodos capaces de gestionar, reducir y eliminar las posibles enfermedades que puedan aparecer en los cultivos.

En agricultura, el control de plagas tiene como objetivo garantizar la sanidad y productividad de los cultivos, asegurando cosechas sanas, productividad y calidad medioambiental.

En definitiva, el control de plagas y enfermedades es fundamental para garantizar la sustentabilidad, la seguridad alimentaria y la rentabilidad de un cultivo.

Tipos de control de plagas y enfermedades

Se trate de enfermedades o daños causados por microorganismos o por insectos, es esencial combatir los distintos problemas que pueden aparecer en los cultivos. Existen varios métodos que los agricultores pueden utilizar para proteger sus plantaciones, siendo los principales:

Control Cultural

Como una de las formas de combatir plagas y enfermedades más acorde con una visión sostenible de la agricultura, el control cultural consiste en modificar el entorno para crear un lugar menos favorable a la aparición de enfermedades. Esta alteración adopta dos formas, siendo las principales:

  • Rotación de cultivos: cambiar periódicamente los cultivos de una misma tierra. Cundo se cosecha arroz, por ejemplo, la siembra se rota y la tierra se prepara para recibir otro cultivo, como el maíz.
  • Arar: utilizar maquinaria para remover la capa superficial del suelo. Esta técnica puede utilizarse antes de la siembra y después de la cosecha.

Además de ayudar a reducir los efectos del cambio climático en la agricultura, como la erosión, las dos técnicas mejoran la salud del suelo, proporcionando una mayor disponibilidad de nutrientes.

La rotación de cultivos y el arado también reducen la posibilidad de que ciertos insectos plaga permanezcan en el cultivo. Al rotar los cultivos y remover la tierra, se reducen enormemente las posibilidades de que las enfermedades que antes estaban presentes en el cultivo permanezcan en él, lo que constituye la gran ventaja del control cultural.

Control químico

El uso de productos fitosanitarios para combatir plagas y enfermedades pretende ser una forma más asertiva de controlar los problemas de los cultivos. Los tres insumos más utilizados para este tipo de control son:

  • Herbicidas: Insumos encargados de erradicar plantas invasoras que pueden instalarse en los cultivos, estas malezas son responsables de reducir la productividad en los cultivos.
  • Insecticidas: agentes encargados de combatir los insectos plaga causantes de daños y problemas en las plantas.
  • Fungicidas: insumos que combaten las enfermedades fúngicas, es decir, las causadas por hongos

 

 

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Control de plagas y enfermedades y sustentabilidad

El desarrollo sostenible, como ámbito que pretende garantizar la preservación del medio ambiente para encontrar un equilibrio entre la conservación de los recursos naturales y la producción de recursos para la sociedad, está totalmente interrelacionado con el control de enfermedades e insectos plaga.

El uso optimizado de soluciones agrícolas combinadas con la gestión integrada de plagas es capaz de proporcionar a los cultivos las condiciones necesarias para producir una gran variedad de alimentos y, al mismo tiempo, preservar el medio ambiente para las generaciones futuras.

Esta alianza entre prácticas ecológicas y control de enfermedades está totalmente en consonancia con la visión de la agricultura sostenible, y sólo es posible gracias a las tecnologías de aplicación ecológicas.

Planta en un campo con iconos de sustentabilidad a su alrededor.

Control sostenible de plagas y enfermedades: tecnologías de aplicación

El uso de prácticas sostenibles de control de plagas en los cultivos se debe principalmente al empleo de tecnologías sostenibles para la aplicación de productos fitosanitarios.

Las tecnologías de aplicación permiten un uso más eficiente de las soluciones agrícolas, garantizando que sólo las partes seleccionadas del cultivo reciban la aplicación de los insumos, reduciendo así el desperdicio de recursos y aumentando la calidad final de la producción.

Entre las tecnologías de aplicación existentes, hemos enumerado las cinco principales: sistemas de riego, drones, sensores y tecnologías de encapsulación.

Sistemas de riego

Entre los muchos motivos por los que aparecen enfermedades en las plantaciones, es bien sabido que el exceso de agua que se deposita alrededor de las plantas es un agravante, ya que crea un entorno favorable a la aparición de enfermedades, especialmente las causadas por hongos.

Teniendo esto en cuenta, disponer de un sistema eficaz de riego, como el modelo de aspersores, donde el agua cae sobre las plantas en forma de lluvia, es una de las mejores formas de controlar los organismos nocivos que pueden surgir por el exceso de agua.

Además, disponer de un sistema de aspersión eficaz garantiza una mejor distribución del riego por todo el cultivo, haciendo que la cantidad de agua utilizada en los cultivos sea menor y proporcionando un escenario más sostenible para su plantación.

Drones

Otra aplicación tecnológica que está ganando terreno en el campo, es el uso de drones. A través de estos dispositivos, es posible realizar un seguimiento integrado de los cultivos y recopilar información valiosa sobre ellos, lo que redunda en una mayor seguridad para su productividad.

En el campo del control de plagas y enfermedades, la fumigación aérea mediante drones es uno de los mayores beneficios que puede obtener un cultivo. Esta técnica consiste en utilizar drones para aplicar insecticidas, fungicidas y herbicidas al cultivo.

Esta pulverización es una práctica sostenible porque permite un uso más optimizado de las soluciones agrícolas en el cultivo, haciendo que su uso sea más preciso y eficiente.

Además de la pulverización, existen otras muchas aplicaciones que los drones pueden tener en el día a día de la agricultura, y estas funciones son grandes herramientas para promover la sustentabilidad en la gestión de los cultivos.

Tecnología de encapsulación

Las tecnologías de encapsulación utilizan partículas de polímero para envolver los productos agrícolas, lo que hace que su liberación sea controlada y se expulsen de forma gradual y eficaz. Además, esta tecnología permite que los fitosanitarios se adhieran mejor al cultivo y hace que sus compuestos activos duren más tiempo.

Esta técnica minimiza la cantidad de insumos agrícolas aplicados a los cultivos, lo que aumenta la eficacia del control de plagas y enfermedades en su conjunto. El menor uso de estas soluciones también permite reasignar a otros insumos los recursos que antes se habrían destinado a estos productos agrícolas.

Sensores

También existen sensores, dispositivos diseñados para detectar determinadas condiciones químicas, físicas y ambientales, como la temperatura y el volumen de agua.

En el contexto de la lucha contra plagas y enfermedades, el uso de sensores en los cultivos permite controlar con mayor precisión la humedad del suelo, la temperatura de los cultivos y, sobre todo, la aparición de enfermedades.

Sensor agrícola en medio de una plantación

Gracias a la rápida identificación de problemas que proporcionan los sensores, es posible aplicar una respuesta más rápida y controlada a las enfermedades. Esto significa atajar el problema con mayor rapidez y optimizar la aplicación de soluciones agrícolas.

Productividad sostenible: para cultivos más sanos y productivos

Todas estas técnicas pueden mejorar la salud de tus cultivos y hacerlos más rentables a lo largo de la temporada. Si tienes en cuenta las tecnologías de aplicación sostenible de las que hemos hablado en este texto, podrás mejorar no sólo la productividad de tus cultivos, sino también la integridad del medio ambiente.

Si quieres saber más sobre sustentabilidad y gestión de cultivos, entra en el contenido agrícola de BASF y echa un vistazo.

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